
La ley Nº 29719, que establece la necesidad de designar un psicólogo para prevenir y tratar casos de violencia y acosos en las instituciones educativas, las mismas que podrían generar o desencadenar cuadros depresivos con pensamientos suicidas entre niños y adolescentes, no se estaría cumpliendo a cabalidad, pues el número de casos de depresión infantil sigue aumentando, siendo el caso que el 20% de la población escolar estaría sufriendo algún estadío de esta enfermedad que afecta seriamente la salud mental de las personas.
La información, proporcionada por el Instituto de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi del Ministerio de Salud, y difundida por Esther Quiroz Alcalde, docente de la UCV y especialista en psicología educativa y terapia cognitiva conductual, nos lleva a concluir que la depresión es cada vez más frecuente entre la comunidad escolar.
“En las instituciones educativas se presentan una serie de problemas vinculados a la salud mental, que tienen que ser abordados por docentes que no cuentan con las herramientas o habilidades necesarias para poder diagnosticar posibles casos de depresión. En este sentido, la presencia de un psicólogo es determinante para poder prevenir o advertir este trastorno emocional que afecta los sentimientos, pensamientos y comportamiento de los menores de edad”, indicó Quiroz Alcalde.
La depresión ha dejado de ser una enfermedad exclusiva de los adultos, pues cada vez más niños y adolescentes son diagnosticados con trastornos depresivos, siendo los factores de riesgo: la violencia familiar en sus diversas modalidades, el divorcio de los padres, el desempleo, la pérdida de un ser querido, traumatismos psicológicos, entre otros.
“Los padres de familia deben estar atentos a los siguientes signos o estados de ánimo de sus menores hijos: tristeza, irritabilidad, sentimiento de inutilidad o culpa, fatiga, perdida de energía, bajo rendimiento escolar, trastorno de conducta o pensamientos suicidas. Al margen de las ocupaciones que tengamos como padres, no debemos olvidar que nuestros hijos dependen de nosotros, por lo tanto, debemos mantenernos vigilantes”, señaló Esther Quiroz.
El incremento del número de casos de niños que padecen depresión infantil constituye un llamado de atención a los órganos competentes y a la sociedad en general, respecto a la necesidad de fortalecer las tareas de prevención de dicho tipo de cuadros clínicos, con acciones que contribuyan a mejorar la salud mental de todos.