ANORMALIDADES PSICOSEXUALES: LA PAIDOFILIA. CELOS PATOLÓGICOS.
Sigifredo Orbegoso
Preocupado por la levedad irresponsable, con la que se viene abordando los asesinatos de mujeres por sus parejas y de abusos sexuales en agravio de niñas y niños, a veces con subsecuentes muertes, he vuelto a revisar la obra de uno de los más eminentes psiquiatras peruanos de fama mundial. Claro que me estoy refiriendo al Dr. HONORIO DELGADO, «Curso de PSIQUITRÍA» (Editorial Científico-Médica.1963 Edic.Internacional.)
La última tragedia de la niña Camilita de 4 años, increíblemente asesinada luego de ser violada, por un adolescente de 15 años, rompe el esquema de los llamados – a fortiori – «feminicidios» en que los protagonistas víctima-asesino son parejas de hombre mujer con distintos roles en la escena del crimen. Aquí se trataba de una niñita secuestrada en la calle de madrugada. La monserga del «machismo» brutalmente posesivo, no funcionaba. Ese niño-adolescente apenas pasaba de la edad del onanismo, no estudiaba y vivía trabajando de estibador, dicen. Pero por muy precoz que fuera ¿por qué escogió a una niñita?
Dentro de las «Anormalidades Cualitativas» Psicosexuales – señala el Dr. Delgado – está la Paidofilia, llamada también Pedofilia que «se caracteriza por la búsqueda del objeto sexual entre los niños, sobre todo del propio sexo(….) La misma propensión lasciva se manifiesta en el afán erótico de dispensar protección a los niños, con timidez para el comercio amoroso con personas adultas». (pg.367) El caso de los curas pedófilos y sus Organizaciones de fachada como Sodalicio que les sirve para delinquir, son un ejemplo claro de estos clérigos pervertidos con el agravante de que profesan «Voto de castidad». Y gozan de impunidad. Nadie pide la cabeza de ellos.
Por supuesto que estas aberraciones son más complejas y se caracterizan por ser compulsivas y que se complementan con el asesinato para ocultar el agravio sexual. La «gerontofilia» constituye el otro extremo: «El objeto de la afición sexual son las personas de la edad avanzada». Y hay más repelentes todavía, como la «zoofilia» y «necrofilia», es decir, la predilección de relacionarse sexualmente con animales y con cadáveres, respectivamente, que constituyen casos de «sujetos desnaturalizados y en psicosis» (ídem). Es evidente – ya lo dirán los peritajes- que al adolescente asesino de Camilita de acuerdo a lo ya expuesto, no se le puede endilgar alegremente el sambenito de «machista» que es la divina pomada con la que aprendices de brujas del feminismo, pretenden explicar los dramas que viven muchas parejas en su compleja diversidad.
Hasta ahora han señalado un diagnóstico, es decir una hipótesis causal de una enfermedad; pero no pueden encontrar la medicina para curar lo que ya tiene características de epidemia. Y es que el virus al que le asignan la causalidad de la enfermedad no es el que ellas creen. La falta de resultados es la mejor prueba: las enfermas se mueren tomando placebos.
Pero volviendo a las enfermedades psicológicas, los CELOS PATOLÓGICOS no hemos visto que en ningún momento ellos hayan sido aludidos en estos dramas de parejas. Y esta es una afección de vieja data y no solo es tema de la Psiquiatría, también figura en la Literatura Universal. Tal vez si el más célebre ejemplo esté en la tragedia de OTELO de Shakespeare, en que precisamente Otelo se suicida al darse cuenta que ha matado a su esposa Desdémona por celos infundados. En el Perú, en donde hemos tenidos varios casos de muerte de esposas o parejas, seguidas del suicidio de sus esposos, en algunos casos con la muerte también de los hijos, ¿se ha establecido la razón del suicido del hombre? ¿No estaremos ante otros Otelos S.XXI? ¿Quién analiza estos desequilibrios emocionales y delirantes? Nosotros hemos leído detalles que indican que hay casos que confirman lo que estamos comentando. Así como hay ensañamientos brutales que indican un estado de sideración, hay otros conmovedores por las cartas a los hijos que se han encontrado. A todos los casos no se les puede poner la misma etiqueta, muchas veces torpes y disparatada. Debe haber más seriedad en el tratamiento de estas tragedias.
No quisiera terminar por ahora, sin recomendar – como docente que he sido toda mi vida – que pensar por sí mismo no es difícil.
Vale la pena en este caso preguntarse: ¿Por qué en otros países NO EXISTEN ESTOS CRÍMENES? ¿QUÉ TIENE O HACEN QUE NOSOTROS NO TENEMOS O HACEMOS?
Y verán que encontrarán la respuesta, aunque les cueste un poquito informarse. Si no tienen biblioteca, no importa. Basta si tienen Celular y lo saben usar para algo más que perder el tiempo. Así descubrirán la hojarasca de muchas «teorías» de moda.