Escribe:
Francisco Diez Canseco Távara
Lo que están haciendo con el Perú los “Dinámicos del Centro” refugiados bajo la chapa de Perú Libre y encabezados por Pedro Castillo no tiene perdón de Dios: a solo siete meses de llegar al poder el daño que siguen causando a nuestro país, sin propósito alguno de enmienda, es consecuencia de una ya insondable y nauseabunda corrupción y una total incompetencia en el manejo del Estado sumadas a su intento de instaurar un Estado totalitario y comunista.
El nombramiento permanente de ministros impresentables se puede encontrar en dos orígenes: la carencia de convocatoria de Castillo para reclutar personas con capacidad, honestidad y vocación de servicio y su afán de rodearse de allegados que le cubran las espaldas, cada vez más visibles en los ámbitos de la corrupción, el engaño a la opinión pública y la ignorancia total sobre el manejo del Estado.
No faltan, por cierto, los “políticos” y lobistas que pretenden convencer al país que Castillo es dialogante y reorientable cuando los hechos demuestran todo lo contrario, como lo ponen en evidencia cuatro gabinetes ministeriales y 80 ministros en el corto periodo que ejerce el poder.
Hablan también de “gobernabilidad” creyendo que significa apoyar al régimen de Castillo para que pueda gobernar cuando la definición del término es muy clara: se trata del ejercicio del poder político en forma honesta, eficiente y transparente para resolver los problemas sociales y económicos del Perú.
¿Ha avanzado Castillo con la gobernabilidad del Perú? Todo lo contrario: todas las semanas surge un nuevo escándalo en un escenario en el que su “palabra de maestro” no es otra cosa que la de un fariseo al que debemos arrojar rápidamente del templo antes que termine de destruirlo.
Ya es hora que las diferentes bancadas del Congreso que no comulgan con los comunistas -por más mercantilistas que sean- sumen votos precisamente en defensa de la gobernabilidad y en aras de concluir con este periodo inédito en la historia de la República que ha servido para demostrar qué podemos esperar en la hipótesis negada de que los comunistas pudieran tomar todo el poder a través de una Asamblea Constituyente