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Sin embargo, apoya a las grandes empresas agrícolas, creadas con fines de exportación, explica Santiago Quipuscoa
TRUJILLO/ El Estado se ha olvidado de impulsar la agricultura familiar y sólo le da importancia a la agricultura empresarial; pues de haberlo hecho no estuviéramos ahora preocupados por la anunciada hambruna, a causa de la escasez y encarecimiento de los fertilizantes por la guerra Rusia-Ucrania.
Es lo que dijo Santiago Quipuscoa López, amplio conocedor de la cadena productiva alimentaria y fundador en 1988 del mercado autogestionario “La Hermelinda” de Trujillo, al ser entrevistado por el diario digital “El nuevo líder”, sobre la incidencia de la escasez de fertilizantes en la producción agrícola.
Señaló que la agricultura familiar y la agricultura a pequeña escala, son fundamentales para erradicar el hambre y la pobreza; así como garantiza la seguridad alimentaria y la nutrición, a la vez que mejora las condición de vida, la protección del medio ambiente, etc.
Quipuscoa López comentó que en el Perú la agricultura familiar es predominante frente a otras modalidades, pues millones de familias se dedican al agro y son las que abastecen a los mercados locales y regionales, a través de intermediarios que compran barato y obtienen grandes ganancias a costa de los pequeños agricultores.
Explicó que esta forma de agricultura se caracteriza por utilizar la fuerza de trabajo familiar, donde no se tiene que emplear a personas y el proceso productivo lo realizan los abuelos, padres, hijos, nietos, etc. Es, además, necesaria para producir alimentos, generar empleo y preservar la cultura y el medio ambiente.
Dijo que los gobiernos de turno, en vez de apoyar a los pequeños agricultores para mejorar su producción y mejorar el abastecimiento de alimentos en los mercados locales y regionales, apoya la agricultura empresarial, con fines de exportación y prefiere, al mismo tiempo, la importación de muchos productos alimenticios, que bien pueden ser reemplazados por alimentos oriundos o autóctonos.
Santiago Quipuscoa, acompañado del periodista Luis Carbajal.
Indicó, por otro lado, que el Estado debiera impulsar la elaboración del humus o abono orgánico, en vez de fertilizantes, que disminuye la calidad de las tierras y afectan el medio ambiente y por lo tanto atentan contra la salud pública. El humus es la sustancia compuesta por ciertos productos que provienen de la descomposición de los restos orgánicos por organismos y microorganismos descomponedores.
Explicó que el humus mejora la capacidad de los suelos, al propiciar una mayor retención de humedad y capacidad de aireación. La alternativa es utilizar todos los recursos agro tecnológicos, es decir los residuos ecológicos y transformarlos en humus, añadió.
Santiago Quipuscoa manifestó, por ejemplo, que los mercados botan muchos desperdicios que se pueden transformar en humus o abono orgánico para las siembras. El Estado de impulsar la elaboración de humus para evitar la compra de fertilizantes de otros países.
Finalmente, dijo que el Ministerio de Agricultura debe impulsar programas para sembrar y producir productos autóctonos, que tenemos muchos, y cambiar la conducta alimentaria. Entre los productos originarios figuran: ocas, mashuas, trigo, maíz, olluco, chocho, pallares, kiwicha, quinua, etc. Las universidades deben instalar e implementar modernos laboratorios para desarrollar la tecnología en el cultivo de productos autóctonos.
