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CPI y DATUM en el 2000 recibieron miles de dólares, según Vladimiro Montesinos, para manipular sus resultados
Escribe:
Manuel Rodríguez R.
Periodista Colegiado
Hace 20 años las encuestadoras DATUM y CPI fueron señaladas por Vladimiro Montesinos de recibir dinero para influir en la intención de voto del entonces candidato a la presidencia Alberto Fujimori.
“Yo pagaba 30 mil dólares a Datum y después que le daba la luz verde recién sacaba su encuesta”, declaró el asesor de palacio Vladimiro Montesinos en aquella ocasión, durante el juicio.
En el caso de CPI, dijo que pagaba 20 mil dólares por cada encuesta y le pagaba antes de ser difundida por los medios afines a esta encuestadora.
El fiscal Óscar Zevallos pidió ocho años de prisión para los gerentes Manuel Saavedra de CPI y Manuel Torrado de DATUM, por supuestamente recibir dinero de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, para favorecer la reelección presidencial en el año 2000.
Transcurrieron los años, en septiembre de 2010, la Fiscalía evaluó archivar los cargos contra ellos, pero en revisión se decidió que respondan la acusación en juicio público. Actualmente, Manuel Saavedra es el director de CPI y DATUM es dirigido por Urpi Torrado, la hija de Manuel Torrado.
Montesinos señaló textualmente sobre DATUM y CPI durante el proceso judicial:
“DATUM y CPI recibían por encuesta. Para el caso de DATUM, Torrado es español, yo tenía una persona que trabajaba conmigo y era el señor Sanchis, que era asesor de Perú 2000 y estaba todos los días en el SIN. Sanchis era el nexo con Torrado. Torrado coordinaba directamente con él, traía la información y yo le entregaba los 30 mil dólares, después que le daba la luz verde recién sacaba su encuesta… En el otro caso (CPI) salían encuestas supuestamente para canal 2, pero yo las pagaba (20 mil dólares)”.
Lo insólito es que estas encuestadoras, que recibían gruesos fajos en dólares de manos de Montesinos en el SIN, para torcer la realidad de las encuestas a fin de favorecer la reelección de Fujimori, han seguido actuando con total desparpajo o desenfado y sus propietarios o conductores quedaron “libres de polvo y paja”.
En cada elección han seguido tratando de manipular a los electores con sus encuestas, que se presume distorsionadas y lejos de la verdad, al jugar con las cifras en favor o en contra de los candidatos, obedeciendo consignas de poderes ocultos.
Estamos en el 2021, a pocos días de las elecciones del domingo 11 de abril, tanto CPI y DATUM siguen realizando encuestas, aun cuando pesa sobre ellas una enorme desconfianza en la opinión pública, debido a que han perdido credibilidad.
Y lo peor es que los grandes medios tradicionales y modernos (redes sociales) difunden las encuestas en las que la mayoría de políticos y ciudadanía en general no creen en sus resultados, porque no reflejan la realidad de las preferencias.
Ha sido el partido Alianza Para el Progreso (APP), en un comunicado a la opinión pública, difundido hoy ,ha hecho recordar por ejemplo que DATUM en las elecciones del 2020 para renovar el Congreso de la República, daba a conocer irresponsablemente que el partido de César Acuña no pasaría la valla electoral, a todas luces manejado, pues el resultado fue que APP obtuvo 22 curules y se constituyó en la segunda mayoría política.
Ejemplos como éste, a cerca de la manipulación de las cifras de las encuestadoras, abundan, de ahí que la ciudadanía ya no crea en ellas. La real encuesta sin duda será el 11 de abril y todo indica que las encuestadoras “patinarán” como en enero del 2020.
La pregunta flota de manera natural. ¿Quién fiscaliza y quién supervisa el control de calidad y eficiencia de las encuestadoras? Los peruanos queremos elecciones limpias y transparentes para fortalecer nuestra democracia,}
Finalmente, los peruanos ante esta hora crucial, en medio de la honda crisis en que vivimos, agravada drásticamente por la pandemia, necesitamos reflexionar y votar por el candidato que tenga capacidad de gestión pública, que sea honesto y solidario con las mayorías más necesitadas. Ya no queremos presidentes corruptos, que lleguen a repartir la “torta” del Estado. Esta vez no debemos equivocarnos.
