La pobreza no le impidió educar a 12 hijos
El coraje de doña Clementina
Por Manuel Rodríguez Romero
Periodista colegiado
La mujer serrana, que junto al marido labra la tierra desde muy temprano, cuando raya la aurora, o aquella que cuida el rebaño, es la mujer heroica que vive con sacrificio para lograr que sus hijos sean hombres y mujeres de bien y de éxito.
Ayaque, caserío que no figura en el mapa como tantos otros pequeños pueblos del ande, se caracteriza por tener gente con pundonor y pujante, que se levanta ante la adversidad: la pobreza.
Ayaque es un pequeño paraíso, de envidiable clima, de cielo despejado y hermosos campos verdes y floridos, principalmente en el mes de mayo, en que abundan los choclos y el queso. Pertenece al distrito de Tacabamba, provincia de Chota, región de Cajamarca.
Este humilde lugar cobijó a la familia Acuña-Peralta hace 55 años. Ahí doña Clementina, una mujer campesina que no fue a la escuela y que su esposo (Héctor) con apenas primero de primaria, forjó, con mucho coraje, a doce hijos, ahora exitosos profesionales y empresarios.
El deseo de que sus hijos sean “otra cosa” y no corran la misma suerte de otros niños campesinos, fue el impulso para que la familia Acuña-Peralta abandone la rústica casa de Ayaque, para que sus hijos estudien en la escuela del pueblo (Tacabamba).
Don Héctor, era un caballero respetable, que al igual que doña Clementina, era honrado y muy trabajador. Sin embargo, la visión la tenía aquella y recordada mujer de trenzas clásicas, de noble rostro y encendido amor por sus hijos.
César, el tercero de los doce hermanos Acuña-Peralta, confiesa que al terminar la secundaria su hermano mayor Leopoldo, su padre quiso que se quedara a estudiar para profesor en Chota. Su madre, sin embargo, se impuso para que estudie en una universidad, que podía ser en Trujillo, Cajamarca o Lima. Ahora Leopoldo es un prestigioso médico.
Doña Clementina repitió la historia con el resto de sus hijos. Pese a no tener los recursos logró lo que se propuso. “Mi madre tuvo el coraje de educarnos. Ella fue la mejor maestra que hemos tenido en la vida”, relata César Acuña.
“Entonces deben imaginarse ustedes por qué adoro tanto a mi madre y cómo quiero a las mujeres, en especial a las más humildes. Al ver sus rostros es como estuviera viendo el rostro de mi madre”, expresó emocionado en abril del 2011, al recibir un busto de la imagen de doña Clementina Peralta.
Tras soltar algunas lágrimas de emoción, el entonces alcalde de Trujillo expresó que nunca soñó tener un día tan feliz en que recibe este busto de su madre, que es un cariño especial de la Red Internacional de los Misioneros de la Medalla Milagrosa, a pedido de un grupo de vecinos de la Urb. San Isidro.
Doña Clementina era y es ejemplo de valor, coraje, honestidad y sacrificio maternal. Hacía “malabares” para alimentar y enviar a estudiar a sus pequeños y numerosos hijos. “Mi vida es un milagro de Dios, que me sigue guiando hasta hoy”, confiesa César Acuña.
Ella, por sus virtudes, es ejemplo de mujer y madre, que pese a no tener educación supo inculcar valores a sus hijos, que son ahora exitosos, que han triunfado en la política, como el encumbrado César, también Humberto, ex presidente regional de Lambayeque, y Virgilio ex congresista.
Precisamente, César es fundador del consorcio universitario más grande del Perú, fue dos veces congresista, dos veces alcalde de Trujillo y dos veces presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE); presidente regional de La Libertad y presidente de la Asamblea Nacional de Gobierno Regionales (ANGR) y ahora miles de peruanos quieren que sea el nuevo presidente del Perú. Es su sueño de niño y no esta lejos de hacerlo realidad.
El busto de doña Clementina Peralta fue colocado el sábado 16 de abril del 2011, en un hermoso parque construido por la Municipalidad Provincial de Trujillo en la Urb. San Isidro. Para perennizar el nombre de esta mujer ejemplar, los moradores de San Isidro decidieron que el parque lleve por nombre “Clementina Peralta de Acuña”. ¡Merecido homenaje!
Precisamente hoy 02 de marzo muy temprano se reunieron los 12 hermanos Acuña Peralta para recordar un año más de su sensible partida. Hubo misa y luego romería al cementerio Parque Eterno como todos los años. Que ella siga alumbrando a su hijo César y a toda su familia. Bendiciones.