En el Año de la Universalización de la Salud el sector requiere urgente atención para reducir enfermedades crónicas y males ya erradicados en países de la región.

 

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SALUD EN EL PISO: casi literal y real. Es la realidad diaria en nuestros hospitales. Foto Andina.

Ver una fila de camillas con pacientes en los pasadizos de nuestros hospitales de la región, ya no es novedad. Como tampoco es una primicia para las autoridades regionales observar a enfermos postrados en los pisos de emergencia, ante el colapso de los servicios, debido al déficit de infraestructura, personal y medicinas. Igual, como en el caso de la inseguridad o los basurales en calles y avenidas, la foto actual de la salud pública en La Libertad, que de por sí es ya crítica, ha vuelto insensibles a los responsables.

Y debería preocuparnos a todos, mucho más a raíz de la actualización de los indicadores de Brechas de Infraestructura y Equipamiento que acaba de publicar el Ministerio de Salud (MINSA). En dicho reporte se incluye a EsSalud, Sanidad de las Fuerzas Policiales y Fuerzas Armadas.

Minsa ha establecido diez indicadores con el objetivo de cerrar las brechas en el sector que ya se encuentra en cuidados intensivos, proyectando leves mejoras pues los porcentajes de aquí hasta el 2023 no registrarán mayores avances.

De acuerdo a los propios indicadores de Minsa, en el caso de EsSalud, se ha identificado a nivel nacional 242 establecimientos del primer nivel de atención con capacidad instalada inadecuada, que representa el 83% del total de esos locales, siendo las Redes de Junín y La Libertad las que cuentan con mayor cantidad de centros asistenciales inadecuados.

La salud regional en UCI

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PACIENTES IMPACIENTES: a falta de camas en las salas de emergencia, de medicina general o especializada, buenas son las camillas en cualquier lugar de los hospitales. Foto: Difusión

De manera general, el porcentaje de establecimientos de salud del primer nivel de atención con capacidad instalada inadecuada en la región La Libertad alcanza a 51%, hasta enero del presente año; es decir, 156 establecimientos, de un total de 306 locales, tienen serios problemas.

En el caso de los hospitales del II y III nivel de EsSalud, el porcentaje con capacidad instalada inadecuada llega a 15 en total a nivel regional. Hasta nuestros institutos especializados como el Regional de enfermedades neoplásicas “Luis Pinillos Ganoza”-IREN La Libertad y el IRO La Libertad, están pidiendo auxilio hace rato. En este particular tema la brecha llega al 100%, según el propio MINSA, que ha verificado que ninguno de estos centros cumple con todas las normas técnicas de salud en infraestructura y equipamiento, lo que explica la pésima calidad en el servicio.

El nivel de pauperización en la atención de nuestros hospitales es deprimente. El personal médico y asistencial del Hospital Regional Docente (HRD) de Trujillo, por ejemplo-solo para ilustrar un solo caso- durante el año 2019 (hasta el III trimestre del año, es decir, setiembre), brindó un total de 63,000 atenciones, a razón de 7,000 mensuales o 233 pacientes diarios, en promedio, entre consultas médica y no médicas, según informe de su último boletín estadístico.

De manera global, el HRD registra la mayor demanda en consultas externas con el 83%, emergencia cubre el 13% y hospitalización el 4%.

A nivel regional, hasta el año 2017, según cifras del INEI, La Libertad contaba con 55 hospitales, tanto del sector público como privado, además de 115 centros de salud y 191 puestos de salud, la mayor parte de ellos bajo la gestión del Minsa.

Con estos datos de infraestructura, se entiende el drama de la disponibilidad de camas hospitalarias, que en el caso de la región La Libertad la ratio al 2017 alcanzó a 14.3 camas por 10 mil habitantes, inferior al casi 16 que registró el país a nivel nacional, según Minsa.

Para tener una idea comparativa a nivel de los países de la región como Chile, Argentina o Colombia, el promedio llega a 17.5. Es decir, la brecha en el caso de la región La Libertad es de 3.7.

Esta data solo es posible corroborarla cuando los pacientes atiborran los hospitales y no encuentran camas para su internamiento, lo que demanda no solo retomar el proyecto de mejoramiento de la capacidad operativa del HRG sino también del Hospital Belén y del resto de provincias del interior de la región.

En el caso del personal médico y otros profesionales de Ciencias de la Salud, el asunto es no menos urticante. Con información del INEI al 2018, se conoce que a nivel regional existe un total de 5,285 médicos, que representan una ratio de 361 habitantes por médico, ligeramente inferior al promedio nacional que llega a 430 habitantes por médico. Igualmente, a cifras del 2017, teníamos en La Libertad un total de 4,660 enfermeras, que representaban una ratio de 409 habitantes por enfermeras, superior al promedio nacional de 368 habitantes por enfermera.

A cifras del 2017, la población con algún tipo de seguro de salud en la región llegó al 75%. De ese total el 43.2% estaba asegurada al SIS, el 27,6% a EsSalud y un 2,7% a otros seguros (privados).

Hay inversión…pero insuficiente

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SE HACE LO QUE SE PUEDE: no solo hay déficit de camas. También de médicos y personal de apoyo como enfermeras. La salud regional es para llorar…a moco tendido. Foto: diario Correo-Trujillo.

En la última década, el Gobierno Regional de La Libertad ha invertido S/ 2,322 millones en la región, pasando de una inversión de S/ 202 millones en el 2010 a S/ 560 millones en el 2016, lo cual representa un crecimiento de 227%, según data de Invierte.pe.

Sin embargo, si se desagrega por sectores, la prioridad del Gobierno Regional en los últimos diez años ha sido educación que representó, en promedio, el 44% de las inversiones, con una media anual de S/ 556 millones. En segundo lugar, se encuentra salud con 20% del total de inversiones y un promedio anual de S/ 300 millones lo gastado; y, a pesar de ello un mayor número de personas ha reportado padecer algún problema de salud crónica y la tendencia no ha bajado. Pasamos de 24% el 2007 a 43% el 2018.

Y eso sin contar con el resto de enfermedades que no se han podido reducir, como el caso de TBC, que solo en el año 2016 se reportó 984 casos. Pero tenemos malaria, SIDA, dengue clásico, hepatitis B, sífilis, cáncer, entre otras.

 

(Análisis publicado en el suplemento semanal de econom,ía y negocios Cash N° 246, del diario La Industria- 4/2/20)