Escribe:
Manuel Rodríguez Romero
Periodista
La crisis política de la que todos hablamos y que es tema de agenda de todos los días, es de nunca acabar y, lo peor, no tiene visos de solución, convirtiendo al país en un barco a la deriva, en un mar con mucha turbulencia y para remate con una tripulación dividida, cuyos bandos quieren apoderarse del timón.
Ha juramentado el cuarto gabinete ministerial, que preside Aníbal Torres, en menos de casi siete meses de gobierno y esta germinando una posible vacancia presidencial, en medio del descrédito político de los poderes del Estado en el pueblo peruano, que se corrobora con la reciente encuesta dada a conocer por Ipsos, que registra un 69% que no aprueba la gestión de Pedro Castillo y un 62% que no aprueba la gestión del Congreso de la República.
La descomposición de la política peruana, es un proceso que ha venido agudizándose año tras año, debido a que la clase política no ha sabido comportarse a la altura del gran reto que significa las necesidades y problemas de la realidad nacional y que ha llegado al gobierno para sacar provecho personal o de grupo y que ha gobernado para una élite, olvidándose de las promesas que hicieron a la mayoría del pueblo peruano.
Hoy, más que nunca, el Perú necesita urgente de una nueva clase política. ¿Dónde encontrarla? En los jóvenes. Pero veamos, por un lado, hay jóvenes, que están desalentados de la política y prefieren no participar en ella, actitud que es negativa, por cierto, y por otro lado hay jóvenes que se preparan como líderes para convertirse en la nueva clase política, pero son menos que los primeros.
Pero, porqué son menos?, porque los partidos políticos no tienen mayor interés en promover ni renovar sus cúpulas y prefieren perpetuarse para gozar de los réditos que da el poder político. Y nos viene a la reflexión esto, al saber que este fin de semana, en Trujillo se han reunido jóvenes líderes del partido Alianza Para el Progreso, para pensar en el futuro del país. Es tal vez el único partido que capacita a sus jóvenes a través de las escuelas de líderes, dictándoles conferencias magistrales. Comentamos esto porque no somos mezquinos en reconocer las cosas positivas y que cuando se trata de cuestionar las cosas negativas lo hacemos sin regateo.
En fin, remarcamos la necesidad de que surja una nueva clase política, que reemplace a la fracasada clase política actual, que es la responsable de la aguda crisis por la que atraviesa el Perú. Es la culpable de que en el Perú no haya gobernabilidad y que nuestra democracia cada vez sea
más débil, que no contribuye a lograr el desarrollo y la prosperidad, es decir la justicia social que soñamos los 33 millones de peruanos.
En consecuencia, son los jóvenes los responsables para construir un nuevo país, más digno y próspero, con oportunidades para todos. Hoy deben asumir el compromiso de participar en política, ya no le tengan miedo, es el momento de actuar, antes que se hunda más el país. Ustedes jóvenes, son los únicos que pueden sacar de la crisis al Perú. Manos a la obra.