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Por primera vez actuaron en Trujillo en agosto de 1981, para deleitar con su original música, una mezcla de cumbia y huayno, con letras muy sentidas y que pegaban en el “pueblo-pueblo”.
Escribe:
Manuel Rodríguez Romero
Periodista
El cantante Julio Simeón y el guitarrista Fernando Moreyra, ambos serranos netos habían nacido en Chupaca, en pleno valle del Mantaro, en la zona central andina. En 1981 llegaron con su grupo a Trujillo, que era casi desconocido y realizaba una gira de promoción. Fue al poco tiempo de haber fundado el grupo Los Shapis en 1981, hace más de 40 años.
Simeón y Moreyra eran hijos de humildes campesinos, que ayudaban a sus padres en las faenas de campo. Simeón, antes, había sido integrante del coro de la iglesia de su pueblo.
Por entonces, además de dedicarme a mis labores de redactor periodístico en el diario La Industria, publicaba mi columna diaria “Hablemos de Música”, que me dio la oportunidad de dialogar con artistas nacionales y extranjeros, que llegaban los fines de semana a las peñas y locales de espectáculo de aquella época: La Palizada, El Estribo, Sachún, etc.
Eran dos serranitos (sus rostros los delataban) carismáticos, alegres y risueños, con mucho optimismo de lograr el éxito. Esta fue la impresión que tuve de ellos luego de conversar y brindar un par de tragos en una tarde de agosto. No imaginé en ese entonces de la fama que alcanzarían años después al crear la música chicha, una mezcla de cumbia y huayno. Se puede decir que ellos son los difusores de la “chicha” como género de música tropical peruana.
Los Shapis fue fundado en la ciudad de Chupaca en el Día de los Enamorados, el 14 de febrero de 1981, por Jaime Moreyra “El Caballero de la Guitarra” y Julio Simeón “Chapulín el Dulce”. El primer concierto que hicieron fue en el coliseo de Chupaca.
En Lima, que concentraba muchos provincianos, hacían actuaciones esporádicas para alegrar y hacer bailar a las colonias. En 1983 deciden quedarse en Lima. Con la música chicha empieza todo un proceso de identidad, integración e inclusión, que los peruanos viven hasta ahora, que ha sido materia de estudios sociológicos en Chile y otros países. Los Shapis fue el primero que en un escenario cantaban a viva voz «Soy provinciano», en una época en que la discriminación era muy fuerte, que golpeaba a las olas de inmigrantes que huían del terrorismo y que buscaban un mejor futuro para sus familias.
Eran los fieles representantes de “los ambulantes, obreros, campesinos, amas de casa, estudiantes”, cantaba Chapulín el Dulce, que era el nombre artístico de Julio Simeón. Con Jaime Moreyra construyeron la nueva identidad de los provincianos.
Este fue el origen de Los Shapis. En 1985 fueron aplaudidos por su «cumbia-rock» y confundidos como colombianos en el Festival de la Juventudes Nor Sud 85 en Francia. Sus discos, un documental fílmico y hasta una mini serie televisiva quedaron para la historia. Tienen la dicha de ser el primer grupo no chileno que llenó el estadio monumental de Chile con más de 45 mil personas. En 1990 llega su fama en México gracias a su tema Corazón Andino. Años después el Congreso de la República del Perú les otorga “La Pluma de Oro”
Los Shapis, con más de 40 años de éxitos, llegan este domingo 9 a la ciudad de Trujillo para deleitar a sus seguidores con: “Chofercito carretero”, “Borrachito borrachón”, El Aguajal”, “Mi tallercito”, “Ladrón de amor”, entre otros temas. Bienvenidos.