La opinión de Manuel Rodríguez/ TOMAR AL TORO POR LAS ASTAS

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Por:

Manuel Rodríguez Romero

  • Ex decano del Colegio de Periodistas de La Libertad

Hay un refrán que refleja la sabiduría popular, que solíamos escuchar a los abuelos, cuando tenían que tomar decisiones. “Tomar al toro por las astas”, significa enfrentar un problema, sin mayor demora, es decir sin vacilación, a fin de resolverlo.

Hago referencia al antiguo y sabio refrán, al abordar el tema de la delincuencia organizada, que diezma a la sociedad, en particular a la sociedad peruana, desde hace mucho tiempo, pero que a través de él se ha ido incrementando.

Sin embargo, a través de la historia, ningún gobierno ha mostrado dureza para combatir la delincuencia organizada, pues en realidad nunca fue una política de estado. La seguridad pública fue relegada, generando debilidad en los organismos creados para garantizarla.

La delincuencia en sus diversas modalidades ha ido echando raíces, siendo por lo tanto más difícil erradicarla, haciendo que la paz y tranquilidad no estén al alcance de la gente. Un somero análisis de la situación nos hace darnos cuenta que la “madre del cordero” es la corrupción, que priva que el dinero perdido genere desarrollo.

La corrupción es la principal lacra de la sociedad peruana, que ha ido corroyendo las entidades públicas, debido a la falta de penas drásticas. Se castiga con mayor rigor al ladrón de un celular, que a quien roba millones de soles al Estado.

Podemos decir que corrupción y narcotráfico son dos lacras que han generado la grave crisis de la sociedad peruana; sin embargo, a lo largo del tiempo ningún gobierno las ha combatido frontalmente, debido a que sus operadores manejan los hilos del poder.

Corrupción y narcotráfico son culpables para que el Perú atraviese una difícil e insostenible situación de crisis. Si estas lacras se hubieran combatido a tiempo, tal vez no hubiera tanta pobreza, ni tanta delincuencia común u organizada.

Corrupción y narcotráfico son problemas históricos que existen desde de inicios de la república. Han ido creciendo de manera sostenida, a tal punto que han rebasado los niveles de control, ante un Congreso de la República indiferente y más entretenido en inútiles líos políticos

Hay entes de control y sanción, como el Ministerio Público, Poder Judicial, Policía, etc, que no están cumpliendo con eficiencia su rol social. Estos males han penetrado en ellos, como una metástasis, de ahí que vemos su descomposición, que ameritan una urgente reorganización.

El Perú, como decía el escritor Manuel González Prada, “es un organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota pus”. Y fíjense cuando lo dijo, nada más ni nada menos que en el siglo pasado, cuando la corrupción y el narcotráfico no eran tanto como hoy.

Es hora entonces que el gobierno decida “tomar al toro por las astas” para enfrentar estas dos lacras. Los corruptos no deben tener corona o privilegios, sean de “cuello blanco y corbata” o no.  La principal política de estado debe ser luchar frontalmente contra estos dos flagelos que golpean a la sociedad peruana, pero hacerlo resueltamente con osadía.

 

 

Manuel Rodríguez



El Nuevo Lider

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