
INFORMALIDAD/ El hambre y la cuarentena ante el COVID-19
Por Juan Pardo
ponchonegro68@yahoo.es
No hay nada que hacer. Con la pandemia del COVID-19 ha quedado demostrado que hay mucha gente que no le importa su salud ni la vida. Y es que al parecer está atrapada en un callejón sin salida.
El llamado de las autoridades para acatar las medidas restrictivas para frenar la letal enfermedad, cae en “saco roto”. Cientos o miles de personas cada día se vuelcan a los mercados formales e informales para comprar víveres.
Las familias que sufren más el drama generado por el COVID-19 son las que tienen menos recursos económicos, son aquellas que no tienen una refrigeradora para guardar sus alimentos para varios días, como se recomienda.
Son estas familias las que recurren todos los días a los mercados para abastecerse de víveres a fin de alimentarse. A aparte de no tener dinero para gastar para la semana o los que aún lo tienen, no están en capacidad de provisionarse de alimentos para varios días y así evitar salir de sus casas y el contagio.
El gobierno no ha tenido en cuenta un indicador importante, que es la ausencia de refrigeradoras en los hogares pobres y pobres extremos. Si las tuvieran comprarían sus productos alimenticios para cada semana, como sí lo pueden hacer las familias de la clase media para arriba.
A eso se debe la proliferación de mucha gente en los mercados, sobre todo en los informales donde no hay orden, ubicados por ejemplo en los alrededores del mercado privado La Hermelinda. Este fue cerrado por la Municipalidad de Trujillo por ser foco contaminante del virus. Reabrirá cuando estén listos los protocolos de bioseguridad.
Mientras tanto cada día se incrementa, de manera incontrolable, el comercio informal de víveres y abarrotes en los alrededores de La Hermelinda. Mientras los dueños de La Hermelinda (1371 comerciantes) han cerrado sus puestos por orden edil, miles de informales se han instalado en su alrededor creando un riesgo mayor de contagio.
Esta situación puede generar que el COVID-19 se siga extendiendo en la población. La gente no entiende, no comprende la peligrosidad del mal, tampoco parece les importante que la gente muera. La supervivencia manda.
Las vídeos captados esta mañana y que circulan en la redes son elocuentes. Los comerciantes informales han invadido incluso la Av. América, por donde se ingresa a La Hermelinda, así como la Av. Villarreal y otras.