
ENFOQUE/ La ética ambiental y políticas públicas
Escribe:
Dr. Carlos Rodríguez Rodríguez (*)
La Ética Ambiental es un tema relativamente nuevo, que ha surgido a raíz de la reflexión ante los cambios que el ser humano ha ocasionado al ambiente en las últimas décadas, a punto de poner en peligro la vida en el planeta.
Debemos tener presente que la Constitución Política del Perú (1993), en el Artículo 2, inciso 22, establece que la persona tiene derecho fundamental: “A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida”. En otras palabras, la persona debe tener calidad de vida, lo que nos obliga a todos a cuidar y mejorar el ambiente.
Han sido los cambios negativos en la naturaleza los que han generado la transformación respecto a la idea que había acerca de la ética, la cual no estaba ligada o relacionada con el ambiente.
Es a mediados del siglo xx, con el auge del desarrollo científico y tecnológico, impulsado por la capacidad del hombre, surgieron problemas que afectaban y afectan el estatus de la naturaleza, y en consecuencia modificó sensiblemente ese panorama. Con un ambiente enrarecido por la acción del hombre, la salud y la vida se puso en riesgo.
Las intervenciones del hombre en la naturaleza eran en principio esencialmente superficiales e incapaces de dañar su equilibrio permanente. Con el surgimiento de las ciudades, principalmente, es donde comienzan los cambios que alteran el ambiente.
La naturaleza no era objeto de la responsabilidad humana y el tema ambiental estaba relegado; sin embargo, en décadas recientes este tema alcanza gran importancia. Se llega a la conclusión que la naturaleza es vulnerable, y que la ética no puede estar ausente de las relaciones entre el hombre y el ambiente.
Así surge la ética ambiental, como una concepción nueva de los deberes morales que deben existir en las relaciones del ser humano con su entorno. Ahora es una obligación tomar en cuenta que la forma de actuar del ser humano, puede tener consecuencias desastrosas en el futuro, en agravio de las nuevas generaciones; de ahí la necesidad ineludible de cuidar y preservar el ambiente.
El hombre debe actuar con responsabilidad, pensando no sólo en las consecuencias inmediatas, sino también en los efectos que el obrar del hombre produzca en las futuras generaciones.
Es por eso que, para cuidar y preservar el ambiente, se han puesto en marcha políticas públicas, por ejemplo, que obligan a las empresas a adoptar medidas tendientes a conservar el ambiente, con lo que se beneficia a la sociedad en su conjunto.
Estas reflexiones nos hacen ver que la ética ambiental, proyectada con políticas públicas, se manifiesta como uno de los caminos más apropiados para hacer posible la conservación del ambiente y por ende una mejor calidad de vida.
(*) Doctor en Derecho, Magister en Gestión Pública, capacitado en SERVIR en Ética en la Función Pública. Experiencia en Fiscalización y Control en la Municipalidad Provincial de Trujillo y Municipalidad Distrital de Víctor Larco Herrera.