Escribe:
Alfonso Campos Pérez
Periodista
(Reproducido de su facebook)
Hoy le llamé a Américo Barriga, el «eterno» reportero gráfico de La Industria y Satélite (con más de 50 años haciendo clic clic en Trujillo, con su ya legendaria Nikkon) y que se está recuperando por estos días de un quebrantamiento de su salud.
Desde el otro lado del hilo telefónico, la voz algo apagada de Américo, me contestó sin embargo como siempre: quiero decir, sereno, , apacible, pero lleno de afecto y convicción.
«Estoy bien, Alfonso…no solo bien, sino muy animoso», me dijo. Lo habían intervenido quirúrgicamente, me contó, dos días antes.
Estaba en ese momento terminando de almorzar. A su lado, mi ahijada Yenny, su querida hermana, atendiéndolo (está más que decirlo) con ese cariño tan característico de los Barriga.
Cuando nos conocimos, con Américo en el verano de 1970 en Canal 6TV, era el Gerente de este medio Fabián Salazar Olivares.
Faltaba un reportero gráfico para el programa «Notivisión» , programa que echó a andar como pionero en Trujillo del periodismo de TV de aquella época.
Un fotógrafo, que se había comprometido a hacer el trabajo, nos falló a última hora. ¿»A quien traemos?», dijo, muy preocupado, Fabián Salazar. «El programa arranca en 24 horas».
«Yo tengo al hombre», dijo, Luis Oswaldo Shiosawa, La Voz, en esos años, más caracterizada entre los locutores trujillanos.
«Es Mercurio», dijo, algo misterioso.
Raudo, tomó un taxi, y se fue a Torres Araujo, donde vivía el tal Mercurio, y que resultó ser un mozalbete de rasgos andinos, de piel blanquísima como una yuca sin cáscara, y de rostro colorado. De allí su chapa. Tendría unos 20 años.
Américo Barriga saltó ese mismo día de los bautizos, matrimonios y actos sociales que cubría en iglesias, y en otros escenarios de la ciudad, al histórico y exigente periodismo gráfico local. Y en esos avatares se quedó para siempre.
Era el año 1970.
Ese mismo año, Segundo Llanos Horna, que fue Jefe de la Corresponsalía de LA PRENSA, y Director, también, de La Industria, lo incorporó como reportero gráfico del llamado decano de nuestro diarismo.
Mucha agua ha corrido bajo el puente, como se dice , desde entonces.
En medio siglo de estar apretando todos los días (hasta hace poco más de un año) el clic de su máquina fotográfica, Américo se convirtió, en pocos años, en un excelente periodista gráfico, al lado de Jorge Salcedo Roca, Manuel Lara, Orlando Sánchez, Pedrito Fernández, y Armando Castro, entre los nuevos.
Esos recuerdos, entre muchos, vinieron esta tarde a mi memoria, al saludar a Mercurio, a mi amigo, compadre, hermano, ejemplar periodista, en su lecho de enfermo.
Estas pálidas líneas son el testimonio de mi enorme respeto por su calidad profesional, pero también (se lo he dicho tantas veces) por su impoluta calidad humana, tan difícil de encontrar en estos tiempos, y en este país, también.
Larga vida, mi querido viejo.
Tomando un café (esa fue la primera intención) , pero no se pudo. Lo cambiamos por un trago muy peruano. Es que la cabra tira pal monte, pe. Pedrito, de barba negra, mi querido sobrino, hijo de Américo e Isabel, noble y abnegada esposa de Américo (foto).