
LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE PSICÓLOGOS DEL PERÚ
Ante las decisiones adoptadas por algunos gobiernos del mundo para autorizar la presencia de los niños en los espacios abiertos de la comunidad a pesar del riesgo que representa frente a la pandemia.
MANIFESTAMOS QUE:
Dichas decisiones se han tomado sin considerar que la conducta de juego y la impulsividad del momento de su desarrollo, incrementan la activación de la conducta del niño cuando sale de un espacio cerrado restrictivo hacia la libertad. Recordemos que, en las instituciones educativas, cuando se abre las puertas de las aulas, los niños corren, se abrazan; buscan a sus compañeros con demanda afectiva, comparten alimentos y objetos.
En la actualidad esas son conductas de riesgo para infectarse; a pesar del esfuerzo de las instituciones públicas de ejecutar cualquier medida de desinfección de los espacios públicos.
En el caso de los niños inclusivos la situación de control y supervisión será más difícil aún.
“Los niños una vez que toman contacto y vivencia con lo conocido y lo nuevo acrecientan su demandan, la que muchas veces es fuente de conflictos y estrés dentro del hogar, lo cual generará estrés al grupo familiar”.
La conducta del niño y del adolescente responde a formas de creencias. Habito y costumbres propios de su cultura familiar y regional, que dominan la decisión de sus actos en el medio social.
POR ESTA RAZÓN:
“Los psicólogos advertimos los riesgos de darle a los niños salida hacia los espacios abiertos; sin haber previsto estrategias de contención y afrontamiento de los riesgos”.
En lo emocional; nuestros niños deben ser preparados a observar que el escenario social, ha cambiado, y eso será por un tiempo indeterminado.
Es urgente; elaborar protocolos de actuación de los adultos cuidadores, para que logren establecer diálogos persuasivos con los niños; con la finalidad de evitar la frustración, la amargura y los estigmas por unas relaciones sociales diferentes en la amplitud conocida y expectada antes del proceso COVID 19 en el país y el mundo.
Se debe evitar que el niño vivencie frustraciones frente a las limitaciones y prohibiciones de su comportamiento en la comunidad
Recomendaciones o exigencia en rol de los padres o cuidadores de los niños en esta situación:
Los padres o adultos cuidadores deben ser orientados para el rol de acompañamiento de los niños en la comunidad abierta, para explicar los cambios y lo nuevo en la comunidad.
Los padres o adulto acompañante, no deben dejar solo o libre de seguimiento y supervisión al niño que sale a los espacios abiertos de la comunidad.
Los adultos que acompañan niños no deben formar grupo de comentario o intercambio en dicha circunstancia de cuidado.
Acordar un horario definitivo de salida y permanencia, explicando porque es propicio solo para caminar y observar los espacios abiertos.
“Explicar a los niños que salen a un nuevo escenario y que es necesario cambiar su conducta, fortaleciendo valores de autocuidado”.
El niño debe ser educado en el respeto de la distancia social con otros y las conductas de cuidado de uso de mascarillas; de conservar el aseo en esos espacios; y la necesidad de portar sus desinfectantes.
Los niños no deben portar juguetes o hacer juegos que demanden tocar superficies, objetos, ni intercambios con otras personas y niños de la comunidad.
Enseñar al niño que no debe comer, ni compartir alimentos en la comunidad abierta.
Hacerle comprender la necesidad de autocuidado del niño que demanda ingresar a tiendas o bodegas, y pretender que lo lleven a centros comerciales, juegos o la satisfacción de otras demandas que pueda exigir el niño.
El niño debe aprender a no seguir a personas extrañas, ni dirigirse a otros espacios diferentes de donde va a concurrir con su cuidador.
En el mundo se ha recomendado que, las personas en la comunidad; incluido los niños, no deben portar enseres como morrales, mochilas, bolsas, u otras prendas, que propicien la necesidad de posarse en superficies como mesas, muebles, o piso.
Las personas, incluido los niños; no deben portar objetos de metal, ni pulseras, pendientes, collares, etc. que puedan tomar contacto con superficies, y arrastrar infecciones.
Así mismo; no es recomendable salir con el niño y la mascota, porque incrementa la conducta de juego con riesgos de infectarse.
Al retronar a casa; los cuidadores deben conducir el proceso de aseo. Asegurarse que el niño se despoja de la mascarilla, los zapatos y la ropa, que debe dejar en una bolsa al ingreso e inmediatamente hacer su aseo de manos y baño personal.
Los cuidadores deben estar alertas a las indicaciones de orientación para la prevención psicológica de los niños ante la situación de crisis del COVID 19.
LOS PSICÓLOGOS COLABORAMOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA COMUNIDAD SEGURA PARA NUESTROS NIÑOS.